lunes, 16 de junio de 2008

"FLORINDA Y LENTITA"

Érase una vez una tortuga que se llamaba Florinda. Era una tortuga muy coqueta y presumida, aunque eso sí, no era demasiado cursi, solo que le gustaba verse guapa. Le encantaba ponerse zapatos, mejor si eran de tacón. El problema era que a menudo se tropezaba y todavía andaba más despacio de lo que suelen andar las tortugas…que ya sabéis que andan lentísimas. Un día, Florinda cogió su toalla y su bañador, que en realidad no era más que un gorrito para no mojarse la cabeza, porque todo lo demás lo tienen bien resguardado dentro de su caparazón, para irse a la playa con su amiga Lentita, a la que llamaban así porque todavía andaba más despacio que el resto de las tortugas, que ya es decir.
Así que allá van Florinda y Lentita caminando por un sendero camino de la playa, la una con tacones, y la otra lenta, lenta, pero que muuuuy lentaaa….El caso es que a ese paso no iban a llegar a tiempo para darse un baño. Estaban empezando a preocuparse.
- “Lentita, no vamos a llegar si sigues andando tan despacito”,dijo Florinda.
- “Florinda, no vamos a llegar si sigues andando con esos zapatos”, contestó Lentita.
Así que, de esta manera tan tonta, empezaron a echarse la culpa y a pelearse. Ahora sí que no iban a llegar de ninguna manera.
- “¡¡Es por tu culpa, Lentita!!”
- “¡¡No!! ¡es por la tuya, Florinda!”.
Y tan enfadadas estaban que se sentaron en el medio del camino, enfurruñadas y sin hablarse. Al cabo de un ratito, las 2 se miraron a los ojos y se pusieron a reír –“¡Pero cómo somos tan tontas!!¡Nos vamos a quedar sin baño por tener tan mal genio!!”
Así que, entre risas, las 2 trataron de pensar en una solución para llegar a la playa antes de que el sol dejara de calentar.
-“Bueno, dijo Florinda, yo me quitaré los zapatos y seguro que ando mejor”.
- “Bueno”, dijo Lentita, “yo me esforzaré y trataré de andar todo lo deprisa que pueda”
-“Estupendo” dijo Florinda,” ¿Quieres que te dé la mano?”
-“¡Sí, qué bien!”, dijo Lentita, “así seguro que voy más deprisa”. Así que, Florinda metió sus zapatos en la bolsa en la que llevaba la toalla, dio la mano a Lentita y caminando, caminando, lograron llegar a la playa con tiempo para disfrutar de un baño ¡¡¡MARAVILLOSO!!!!.


¡¡¡Gracias mamá de Ana por este cuento que tanto nos ha hecho disfrutar!!!

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